Desde el 17 al 20 de Marzo se proyectan varias de sus mejores obras en un ciclo programado por Sofía Sartori en el Cineclub Municipal Hugo del Carril.
http://www.cineclubmunicipal.org.ar/contenidos/2011_02/sec_ciclo_04.php?sec=cine
Cronenberg se caracteriza por mostrar lo inmostrable, experimentando con las metamorfosis físicas y psicológicas de sus personajes, dándole a sus tópicos connotaciones sexuales en sus variaciones más extremas, jugando con los temas que son tabú en la sociedad y levantando velos de moralidad donde sea que se encuentren. Lo que logra es mostrar al público lo que éste prefiere no ver, lo que se suele esconder bajo la alfombra de lo consciente, por así decirlo. Añadiendo elementos de la ciencia y cuestiones futuristas, sin caer en la ciencia ficción, porque él es uno de los maestros que ha conmocionado y transformado el género de horror a su manera.
Su horror es cerebral y corporal, y según dice en una entrevista para la publicación inglesa The Guardian, lo único que podemos confirmar es la existencia de nuestro cuerpo, más allá del cuerpo las cosas se vuelven dudosas, la realidad está en el cuerpo y todo lo que esté fuera de él, no es real. Con bases de este nivel existencialista, Cronenberg logra reflejar en sus películas esas capas de realidad más subterráneas de la percepción humana.
A través de fluidos viscosos, alimañas que se arrastran y penetran los cuerpos, objetos contundentes que se mimetizan con los personajes, realidades virtuales que irrumpen en la objetividad de la mente común, identidades perturbadas, la violencia como motor sexual y la sexualidad como impulso liberador, etc, David Cronenberg se atreve a romper con inteligencia las barreras de lo socialmente aceptado. Por supuesto que su capacidad de impacto no ha pasado desapercibida a la mirada censora de aquellos defensores de la sensibilidad comunitaria, y es natural que haya habido protestas cuando alguna de sus películas estuviera por ser estrenada. En relación a este tema, Cronenberg responde en la entrevista antes mencionada, que cuando uno lee acerca de totalitarismos, se da cuenta que lo peor que puede pasar en una sociedad es que la censura y el miedo se internalicen, en ese punto en que la gente se censura a sí misma y ya no hace falta siquiera que lo externalicen, es cuando estamos en problemas. La censura es una de las cosas más perversas que existen y puede conducir a un estado a su vez perverso e insalubre.
En Shivers (1975), Cronenberg nos muestra cómo unos parásitos se apoderan de los cuerpos de un grupo de personas que viven en un edificio, para luego incitarlos a buscar contactos sexuales con el fin de propagarse. La causa son estos bichos babosos y escurridisos, el efecto es que estos sujetos, que en un principio parecían algo rígidos y aburridos, parecen liberarse más que someterse, en un final bastante ambiguo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario