La columna de Cine a cargo de Bahía Flores, todos los martes en Cualquiera.

martes, 29 de marzo de 2011

Lo que la dictadura se llevó... y lo que el cine nos muestra

Tenemos una filmografía acerca de la dictadura que incluye películas conmovedoras como Garage Olimpo (Marco Bechis), La historia oficial (Luis Puenzo), y varias más que aportan distintas miradas sobre el proceso y lo que implicó el terrorismo de estado. Teniendo en cuenta la envergadura de lo que esta época representó en nuestra historia es importante que estos films se vean con ojos despiertos y conscientes.
Y no se trata de mostrar algo, como quien quiere dar una lección, se trata de ver para conocer la verdad, para tratar de entender lo que fue, para reconocer que podría haberle pasado a cualquiera de nosotros, a nuestro hermano/a, padre o madre, tío, primo, amigo, pareja, etc.
Y tampoco hablo de cine político, simplemente hablo de sentido de humanidad, y cómo la de todo un pueblo se vio coartada por el terror.
 A la hora de entender una historia, Nuestra Historia, y movilizar algunas conciencias hacia la verdad, el cine es uno de los mejores motores. Uno puede entrar en ese otro mundo, puede ver y oír, puede recibir todos los estímulos que la conjunción entre sonidos, puesta en escena y actuación ofrecen. Y cuando digo verdad no me refiero a estadísticas, me refiero nuevamente a ésa que es humana, que nos representa y que debemos asumir como propia. 
Es por eso que el cine que tenemos y podemos tener acerca de la dictadura es de vital importancia y repito, como motor de razonamiento, de revelación, de justicia, de reconocimiento de nuestro pasado y de mayor entendimiento y conexión con lo que somos.
Nuestra cultura está teñida por este hecho tan terrible y nuestro cine también,  y más allá de la censura y de cómo se instauró el terror, está la forma en que se condicionó la creatividad y la sensibilidad a la hora de seguir adelante, culturalmente hablando. La herida sigue abierta y la pregunta es ¿por qué?  Sin embargo estamos evolucionando mucho, nuestro cine está creciendo, se está nutriendo y abriendo a más, el futuro es prometedor.
Es importante que esas miradas, esa creatividad en acción, esas ideas (que esperemos sean cada vez más mixtas y diversas) y esas imágenes que surgen de ávidas mentes locales tengan cada vez más cabida en el espacio popular y logren entrar a todos los hogares desde Ushuaia hasta la Quiaca y más allá.
Y como decía la Abuela de Plaza de Mayo a Norma Leandro en la Historia Oficial: “No llore, no llore… llorar no sirve, yo sé por qué se lo digo… llorar no sirve”. Entonces una de las cosas en las que podemos pensar, es en sentar las bases para construir una cultura donde la reivindicación del pasado pase por asegurar que la historia no se repita en ninguna medida y que la inclusión, la conciencia, la tolerancia, la libertad para ser y hacer, la promoción de la cultura sin que se tiña de oficialidad, para que todo esto sea moneda corriente, sea un hecho. 


Algunas de las películas que tocan el tema de la dictadura son:




Los rubios - Albertina Carri (2003)  http://www.youtube.com/watch?v=oKmWKfrgzWg
La mirada invisible - Diego Lerman (2010) http://www.youtube.com/watch?v=q3zMDrwHFAY
Kamchatka - Marcelo Piñeyro (2002) http://www.youtube.com/watch?v=JkAWI_fS7Pc
Un lugar en el mundo - Adolfo Aristarain (1992) http://www.youtube.com/watch?v=32tH6F6sFbU
La noche de los lápices - Héctor Olivera (1986) http://www.youtube.com/watch?v=KA0YZqhjf8M
Garage Olimpo - Marco Bechis (1999) http://www.youtube.com/watch?v=MnUBiIGYRO4
La historia Oficial - Luis Puenzo (1985) http://www.youtube.com/watch?v=drcYUlHBx1Y

viernes, 18 de marzo de 2011

David Cronenberg: El cerebro que nos perturba










Desde el 17 al 20 de Marzo se proyectan varias de sus mejores obras en un ciclo programado por Sofía Sartori en el Cineclub Municipal Hugo del Carril.
http://www.cineclubmunicipal.org.ar/contenidos/2011_02/sec_ciclo_04.php?sec=cine




Cronenberg se caracteriza por mostrar lo inmostrable, experimentando con las metamorfosis físicas y psicológicas de sus personajes, dándole a sus tópicos connotaciones sexuales en sus variaciones más extremas, jugando con los temas que son tabú en la sociedad y levantando velos de moralidad donde sea que se encuentren. Lo que logra es mostrar al público lo que éste prefiere no ver, lo que se suele esconder bajo la alfombra de lo consciente, por así decirlo. Añadiendo elementos de la ciencia y cuestiones futuristas, sin caer en la ciencia ficción, porque él es uno de los maestros que ha conmocionado y transformado el género de horror a su manera.
Su horror es cerebral y corporal, y según dice en una entrevista para la publicación inglesa The Guardian, lo único que podemos confirmar es la existencia de nuestro cuerpo, más allá del cuerpo las cosas se vuelven dudosas, la realidad está en el cuerpo y todo lo que esté fuera de él, no es real. Con bases de este nivel existencialista, Cronenberg logra reflejar en sus películas esas capas de realidad más subterráneas de la percepción humana.
A través de fluidos viscosos, alimañas que se arrastran y penetran los cuerpos, objetos contundentes que se mimetizan con los personajes, realidades virtuales que irrumpen en la objetividad de la mente común, identidades perturbadas, la violencia como motor sexual y la sexualidad como impulso liberador, etc, David Cronenberg se atreve a romper con inteligencia las barreras de lo socialmente aceptado. Por supuesto que su capacidad de impacto no ha pasado desapercibida a la mirada censora de aquellos defensores de la sensibilidad comunitaria, y es natural que haya habido protestas cuando alguna de sus películas estuviera por ser estrenada. En relación a este tema, Cronenberg responde en la entrevista antes mencionada, que cuando uno lee acerca de totalitarismos, se da cuenta que lo peor que puede pasar en una sociedad es que la censura y el miedo se internalicen, en ese punto en que la gente se censura a sí misma y ya no hace falta siquiera que lo externalicen, es cuando estamos en problemas. La censura es una de las cosas más perversas que existen y puede conducir a un estado a su vez perverso e insalubre.
En Shivers (1975), Cronenberg nos muestra cómo unos parásitos se apoderan de los cuerpos de un grupo de personas que viven en un edificio, para luego incitarlos a buscar contactos sexuales con el fin de propagarse.  La causa son estos bichos babosos y escurridisos, el efecto es que estos sujetos, que en un principio parecían algo rígidos y aburridos, parecen liberarse más que someterse, en un final bastante ambiguo.

El Rebelde Mundo de Mia (DVD)

Título original: Fish Tank
Género: Drama
País: Reino Unido – Países Bajos
Directora: Andrea Arnold
Guión: Andrea Arnold
Reparto: Katie Jarvis, Michael Fassbender, Kierston Wareing, Rebecca Griffiths

Mia (Katie Jarvis) es una chica que vive con una madre que apenas puede mantenerse sobria y una hermana pequeña que en lugar de jugar a las muñecas se junta a fumar con sus amigas. Ellas intentan comunicarse en un ambiente donde la violencia verbal está a la orden del día, y se dicen más cosas con portazos que con miradas.
Con esto dicho es supuesto que Mia sea una chica dura, y lo es. En una escena le rompe la naríz de un cabezazo a una vecina, pero en la siguiente se compadece de un caballo que está atado en un descampado e intenta liberarlo. Y es que ella quisiera ser liberada de una vida donde no encuentra contención alguna. La única salida a su alcance es la música, más específicamente el hip hop, ese ritmo con el que puede identificarse y a través del cual puede dejarse llevar, abstraerse en su mundo pequeño y auténtico, donde las sensaciones de armonía fluyen en sus improvisados y muy personales pasos de breakdance.


Las cosas se complican cuando aparece en escena el nuevo novio de su madre (Michael Fassbender), quien aparenta ser una gota de agua potable en medio de un lago contaminado. Él las lleva de paseo en su auto, van a pescar, juega con la más pequeña, es amable y comprensivo. Mía ve en él aquella tan necesitada figura paterna, pero en poco tiempo esa figura comienza a desdibujarse y la relación se vuelve más intensa. Ella mira al mundo con el escepticismo de quien se ha desilusionado más de una vez, pero no deja de tener cierta ingenuidad y se deja llevar por sus expectativas así como por sus instintos.


Y si bien tenemos todos los ingredientes de un drama que podría resultar desmoralizante, la película tiene un tono optimista, cándido y sutil que no nos dejan caer en la oscuridad. La reconciliación es posible y el hip hop es el elemento que representa la armonía, pero no de cualquier tipo, sino aquella que viene de experiencias similares a las de Mia, del barrio repleto de edificios de departamentos cuadrados y grises, de los espacios baldíos, de familias disfuncionales y la variedad de vías de escape que se intentan al agobio de un entorno opresivo.  En la síntesis de Andrea Arnold, de todas esas vías, la música se constituye como el elemento que representa la armonía, para que los personajes puedan elevarse por encima de las circunstancias.