La columna de Cine a cargo de Bahía Flores, todos los martes en Cualquiera.

jueves, 17 de febrero de 2011

Red Social

Título original: The Social Network

Género: Drama
País: USA
Director: David Fincher
Guión: Aaron Sorkin
Reparto: Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake.
Red social es una película, cómo todos saben, acerca de los creadores de facebook, y más particularmente de Mark Zuckerberg, brillantemente intrepretado por Jesse Eisenberg (Adventurland y Zombieland). 
Escuché decir a algunas personas que no les interesaba ver la película dado que no entendían internet y mucho menos facebook.  Sin embargo el film no se basa en la mecánica cibernauta ni las conexiones que la red social permite, si bien la terminología técnica abunda. Sería como ver una película acerca de un complot corporativo en el que tampoco entendemos gran parte de los términos que se usan pero donde la trama pasa por otro lado, y la seguimos desde allí.
La película es un momento extraído de una era, que la ejemplifica con mucha claridad. Se trata de la herramienta que conecta al mundo, que ha transformado la forma de comunicarse para la mayoría de las personas.
Jesse Eisenberg dice más palabras por minuto de las que uno podría imaginarse humanamente posible, al mismo ritmo, con el  mismo tono y las misma nota de desinterés porque se lo entienda o no. El personaje pareciera tener más cerebro que emociones, demasiado sumergido en su propio mundo como para compartir el de los demás. Se podría encontrar una ironía y a la vez una alegoría entre este ser incapacitado para relacionarse socialmente que termina, por despecho, convirtiéndose en el creador de la red social más revolucionaria hasta la fecha.
  Y si volvemos a la idea de la representación de una era, vemos sutil e inteligentemente plasmado el trasfondo,  donde el constante bombardeo de información, la velocidad en las comunicaciones, la absoluta y globalizada conectividad, no contribuye necesariamente a reducir la soledad de los individuos. Somos pequeños trozos de información en un portal, nuestra identidad está allí plasmada y publicada para conectarse con otras identidades a través de afinidades. La palabra tipeada, las imágenes y los videos son el eco de nuestra personalidad lanzado al ciberespacio, en busca de una posible respuesta. El final, donde vemos a Zuckerberg haciendo click tras click para actualizar el perfil de Facebook de la novia que lo dejó al comienzo de la película, y ver si acepta su solicitud de amistad, es más que elocuente.

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