Por Danisa Ríos
Amenábar nació en Chile en 1972 pero, a instancias del golpe de Pinochet, su familia decidió radicarse en España. Comenzó sus estudios en Madrid pero no los terminó, aunque cabe aclarar que a los diecinueve años ya estaba dirigiendo su primer corto. Con su talento multifacético, Amenábar dirigió, editó y actuó en sus films y no sólo ésto, sino que además compuso la banda sonora de la mayoría de ellos. A sus treinta y ocho años, ha dirigido cinco largometrajes y un éxito de taquilla detrás del otro.
A la edad de 24 años Amenábar ya estaba haciendo su primer largometraje: Tesis, un thriller con escenas no aptas para pieles sensibles en el que una estudiante de cine decide hacer un trabajo acerca de la violencia en los films y se topa con una cinta sin rotular donde se muestra la tortura y asesinato de otra estudiante. En vez de acudir a la policía, esta chica no tiene mejor idea que investigar por su propia cuenta. Aquí aparece Eduardo Noriega, quien protagonizará la segunda película de Amenábar.
Abre los ojos sale en 1997 y es una mezcla de un thriller psicológico y una historia de amor, todo enmarcado en una trama de ciencia ficción, una idea ambiciosa y difícil en sí misma que Amenábar resuelve magníficamente, un círculo que cierra perfecto hecho de pedazos de inconsciente, en medio de una escena surrealista que transita los límites entre la realidad y el sueño. El protagonista se adentra en una pesadilla y el espectador queda atrapado en ese ir y venir de tiempos y realidades. Fue Tom Cruise quien compró los derechos de este film y produjo su remake - más conocido que el filme original-, Vanilla Sky.
Cruise produjo luego la siguiente película de Amenábar quien, aparentemente, cansado de tantos cambios de locaciones y saltos temporales en Abre los Ojos, buscó hacer una película situada en un sólo lugar que creara tensión con la menor cantidad de elementos posibles. Así nos trae Los Otros. Amenábar nos lleva esta vez al mundo del terror. Nos cuenta la historia de una mujer que vive con sus dos hijos fotosensibles en una mansión oscura y tenebrosa, con la sola compañía de tres sirvientes que resultan bastante inquietantes. Película sugestiva y atmosférica si las hay.
En 2004, Amenábar nos trae un tremendo drama, Mar Adentro, un filme basado en la historia verídica de Ramón Sampedro y su lucha contra el Estado por su derecho a morir. Ramón es un hombre que en la mitad de su vida queda tetrapléjico y desde entonces está postrado en una cama, viviendo lo que para él es un infierno. Al personaje lo interpreta Javier Bardem y gran parte del éxito de la película se debe a su extraordinaria actuación y su capacidad de transmitir las emociones más fuertes con tan sólo los gestos de su cara, sin mover un músculo del resto de su cuerpo.
Pasan algunos años y Amenábar vuelve al ruedo finalmente en el 2010 con Ágora, un drama histórico que reconstruye lo que pudo haber pasado con la Biblioteca de Alejandría y el contexto social de la época, donde a su vez incluye una historia de amor que no llega a movilizar mucho como tal, y una mini biografía de Hipatya, la primera filósofa astrónoma de la que se tienen registros. Hipatya representa a la ciencia y se debate entre cristianos, judíos y paganos la verdad del universo. El espectador va a entretenerse, pero quizás coincidamos con que a Amenábar le faltó la contundencia de sus películas anteriores.
Veremos con qué nos sorprende en el futuro.
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