La columna de Cine a cargo de Bahía Flores, todos los martes en Cualquiera.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Una celebración de la copia


Título Original: Certified Copy
Título en español: Copia Certificada/conforme
Año: 2010
Países: Italia/Francia/Bélgica
Director: Abbas Kiarostami
Reparto: Juliette Binoche, William Shimell y Jean-Claude Carrière
Género: Drama







Por Juan Pablo Duarte 

Dudo que alguna vez haya reparado en que el mundo del arte llegó a mi vida a través de las copias. Ahora que lo pienso, es paradójico. Renunciar a los originales, o posponerlos, muchas veces resulta el único modo de obtener algo de ellos.
Copia Certificada, la nueva película del director iraní Abbas Kiarostami, comienza con una reflexión sobre el original y sus copias. James Miller (William Schimell), es un intelectual inglés que está de visita en La Toscana para presentar su libro “Copia Certificada”. Se trata de un libro que propone una idea controvertida, nada menos que una reivindicación del valor de las copias.
Entre el auditorio está Elle (Juliette Binoche). Ella es dueña de un negocio que vende copias de obras de arte y se las arregla para llevar a James de paseo por el lugar.
Elle no cree en el valor de las copias. No propone una discusión teórica, no le interesa una clase de historia del arte ni espera que algo la haga entrar en razón. Es un cuestionamiento tenaz capaz de derrumbar cada una de las bellas explicaciones que él ensaya para probar sus puntos de vista.
Elle y James comienzan una especie de juego. Sustituyen sus papeles de guía hospitalaria y visitante ilustre por el de marido y mujer. Un matrimonio de catorce años con un hijo adolescente.
Devenida en esposa, el cuestionamiento que Elle dirigía hacia las ideas de James dará paso a los reproches por sus ausencias, sus hábitos y su manera de vivir.

Simulacros

Con Copia Certificada Kiarostami, uno de los máximos referentes del cine de autor iraní, nos lleva desde el terreno del arte hacia los laberintos del amor haciendo que sus personajes comiencen un simulacro dentro del simulacro que les dio vida: la propia película.

Mallarmé fue uno de los primeros en negar a lo bello cualquier esencia. Decía que lo bello no existe fuera de una creencia colectiva en un mundo puramente ficcional, el mundo del arte. Pero agregaba que se trata de una ficción que no necesita ser desmentida.

Con el amor sucede algo parecido, es una creación cultural que vive por obra y gracia del lenguaje. Los originales de las historias de amor existen en el mundo de la ficción, en las cartas, los libros y en las películas. En la vida, del amor solo llegamos a conocer las copias imperfectas de aquellos originales ficticios.

En Copia Certificada la imperfección habita en ese malentendido irreconciliable que surca el simulacro matrimonial de Elle y James. Nos vemos tentados a pensar que no se trata de amor sino de una pareja que discute, de un matrimonio conflictuado, remedos fallidos de un sublime original.

El amor: una ficción necesaria

Aunque se trate de dos que no logran entenderse, se embarcan en esta ficción. Justamente esto es lo que la hace un excelente film sobre el amor. Con Copia Certificada Kiarostami muestra algo de este artificio que nos une al otro en toda su inconsistencia, sin dejar de reconocer su carácter necesario.

No sabremos si Elle o James abandonarán el simulacro o continuarán en él. Pero sabemos que esa copia imperfecta a la que prestan sus cuerpos es la única vía de obtener algo del original.

6 comentarios:

La frontera entre China y París dijo...

La película me ha parecido bastante interesante. Sobre todo al unirla al eterno debate de qué es la realidad y qué es el arte. La segunda parte, en la que hacen su simulacro de matrimonio, es todo un ejercicio de cómo la realidad puede depender de lo que nosotros creamos que sea real. ¿Hay diferencias entre haber vivido el pasado o no haberlo vivido para que las cosas hubieran ocurrido?¿O simplemente basta con nombrarlas?
En realidad, sólo es historia aquello que se dice que ha ocurrido y se cree, independientemente de lo que hubiera ocurrido.
Una locura,
saludos

La frontera entre China y París dijo...

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Anónimo dijo...

Es interesante lo que marcás sobre la realidad y el arte. Creo que tiene estrecha relación con la tensión entre hechos "reales" y ficticios que transmite el dialogo "matrimonial" entre Elle y James.
Creo que trasladaría al futuro tu pregunta acerca de si es necesario vivir experiencias reales o solo basta nombrarlas para que existan. La ficción es lo que estructura la realidad, no tenemos mas que relatos inconsistentes para concebirla. Por este motivo lo que sucede en la ficción tiene el poder de crear realidades.
La noche que hablamos de esta película en Cualquiera Georgina citaba una frase de La Rochefoucauld que creo explica muy bien esta idea: "Hay personas que nunca habrían estado enamoradas si nunca hubiesen escuchado hablar del amor".
Por eso lo que me preguntaría es si lo de Elle y James será uno de esos simulacros de los cuales emergen realidades.
Saludos
JP

La frontera entre China y París dijo...

Hay varias cosas en la película que también me llaman poderosamente la atención y me seducen.
Por una parte está la función de los teléfonos móviles; sus conversaciones redondean la historia (como en el caso del hijo, quien sólo aparece físicamente al principio pero está presente en toda la película).
Por otra parte están los espejos y los reflejos, haciéndonos dudar a veces de cual es la verdadera realidad.
En cuanto a tu pregunta sobre el simulacro, a mí me gusta más pensar en que estamos en una especie de flashback (o un loop) cuyo punto central es la escena del bar.
También he estado consultando alguna entrevista con Kiarostami y dice sobre la película, en un número de Cahiers "la realidad no es necesariamente lo que pasa, sino lo que puede llegar a pasar".
Saludos

Anónimo dijo...

Que preciosa frase de Kiarostami.
Ahora que lo mencionás, recuerdo dos escenas en bares que me parecieron fantásticas. La primera entre Elle y su hijo y otra entre Elle y la cantinera italiana. Entiendo que vos te referís a esta última ¿Pensás que aquí comienza una especie de mise en abyme?
Interesantes detalles los que puntúas.
Saludos

La frontera entre China y París dijo...

Sí, me refiero a esa última y creo que comienza una mise en abyme.
No puedo evitarlo, pero me recuerda un poco a las historias de David Lynch. Lo que, en realidad, no es nada malo, más bien es muy bueno.
Saludos